Igual que Fátima
El domingo 12 de junio de 1983, tres cabros chicos subieron el Cerro Membrillar que se eleva inmediatamente al norte de Peñablanca, en la Quinta Región, para mandarse el matutino tarrito de neoprén.
Miguel Angel, en ese entonces un adolescente de 17 años, que había sufrido las de Quico y Caco en diferentes hogares de menores tras ser abandonado por su madre a los 15 días de nacido, repentinamente se apartó del grupo y cayó en estado de shock. Lo que vio y escuchó ese día y que repitió muchas veces después, lo cambió para siempre.
En la revista on line "La Dama Blanca de la Paz", Miguel Angel aseguró que vio una luz brillante detrás de una nubecita que le produjo un tremendo pavor. Salió corriendo y una sueva voz lo detuvo y le dijo: "Miguel, Miguel, Miguel Angel", y acto seguido apareció una joven hermosísima, con rizos rubios al viento, muy similar a la estampa mitológica de la Venus de Botticelli.
A partir de ese momento, el Cerro Membrillar se llenó de curiosos y hombres de fe que comenzaron a anticipar el fin del mundo y a comparar la visión del adolescente con la que tuvieron los tres niños portugueses que conversaron con la Virgen de Fátima.
Aunque para el gobierno militar la aparición de la Virgen vino como anillo al dedo para suavizar la crisis política que se estaba viviendo, muchos creyentes vieron en Miguel Angel la reencarnación del arcángel Gabriel.
Durante los cinco años que duraron las apariciones, más de 100 mil personas llegaron hasta el lugar, donde se levantó una capilla según las propias instrucciones que había dado la Virgen.
En un comienzo, los apasionados fieles opinaron que era un tontera hacer una capilla tan pequeña ante tan magno suceso, pero luego se fueron olvidando.
Desde la fecha de la construcción que el "elegido" no pisa el Monte Carmelo y hace la misma cantidad de años que ya casi nadie reza en la capilla, salvo algunos creyentes de bien y los leales seguidores de Karole Romanoff, a quienes invita a tener visiones entre tarros y luces estroboscópicas en sus movidos fines de semana. (extracto del Diario La Cuarta del 26 de marzo de 2003).
Miguel Angel, en ese entonces un adolescente de 17 años, que había sufrido las de Quico y Caco en diferentes hogares de menores tras ser abandonado por su madre a los 15 días de nacido, repentinamente se apartó del grupo y cayó en estado de shock. Lo que vio y escuchó ese día y que repitió muchas veces después, lo cambió para siempre.
En la revista on line "La Dama Blanca de la Paz", Miguel Angel aseguró que vio una luz brillante detrás de una nubecita que le produjo un tremendo pavor. Salió corriendo y una sueva voz lo detuvo y le dijo: "Miguel, Miguel, Miguel Angel", y acto seguido apareció una joven hermosísima, con rizos rubios al viento, muy similar a la estampa mitológica de la Venus de Botticelli.
A partir de ese momento, el Cerro Membrillar se llenó de curiosos y hombres de fe que comenzaron a anticipar el fin del mundo y a comparar la visión del adolescente con la que tuvieron los tres niños portugueses que conversaron con la Virgen de Fátima.
Aunque para el gobierno militar la aparición de la Virgen vino como anillo al dedo para suavizar la crisis política que se estaba viviendo, muchos creyentes vieron en Miguel Angel la reencarnación del arcángel Gabriel.
Durante los cinco años que duraron las apariciones, más de 100 mil personas llegaron hasta el lugar, donde se levantó una capilla según las propias instrucciones que había dado la Virgen.
En un comienzo, los apasionados fieles opinaron que era un tontera hacer una capilla tan pequeña ante tan magno suceso, pero luego se fueron olvidando.
Desde la fecha de la construcción que el "elegido" no pisa el Monte Carmelo y hace la misma cantidad de años que ya casi nadie reza en la capilla, salvo algunos creyentes de bien y los leales seguidores de Karole Romanoff, a quienes invita a tener visiones entre tarros y luces estroboscópicas en sus movidos fines de semana. (extracto del Diario La Cuarta del 26 de marzo de 2003).
Si hablamos de csas raras que nos ha dado la fauna nacional, Miguel Poblete es una de ellas. Hasta uno de los programas emitidos por Contacto y Umbrales (de canal 13 y TVN respectivamente) no sabía del fenómeno dantesco que logró realizar, en ese tiempo, este joven.
Me admiro de cómo la devoción (y con esto apunto a quienes le creyeron) en ocasiones permite que este tipo de personas nos vea la cara. Pero por sobre todo me sorprendo con la capacidad de ese joven para poder mirar al cielo, apuntar a la nada y gritar "Ahí está, miren, miren, la virgen!!!!" y tirarse al suelo a convulsionar y generar una escalada de divinidad o devoción nunca antes vista en las personas. Simplemente digan de estudio.
A ello se suma que nuestro amigo en cuestión sufría de los estigmas (bueno, eso según él) y podía realizar sorprendentes pruebas de control mental.
"La virgen dijo que le hiciéramos una capilla grande, muy grande" dijo, por lo que inmediatamente se generaron un sinnúmero de colectas y campañas.
Entiendo que la gente debido a que la situación económica está mala, se crea en lo que sea y se agarren fierros calientes, se compren quesos y demás cosas, pero me pregunto ¿cómo pueden caer una y tra vez en ese tipo de farsas?.
Lo bueno de esta hitoria, es que dicen que la mentira tiene las patas cortas, por lo que Miguel Poblete desapareció de la faz de la tierra, nuca más se supo de él, algunos -debido al escándalo que armó- habrán presumido que ascendió a los cielos y que se sentó a la derecha de Dios Padre, pero nunca pensaron que nuestro vidente había decidido dejar nuestro país y con ello su hombría. Esto último, porque no halló nada más lindo que cambiarse el sexo y hacerse llamar Karole Romanoff.
Fauna indómita la chilena, productos de exportación no tradicionales (lanzas, chantas y cuenteros), cierto está que el chileno ya juzgó a este personaje y que siempre -diga lo que él diga o acuse a quien acuse- será sinónimo de infamia y de una de las cosas más raras que he visto o escuchado hablar en mi vida.
1 comentario:
Yo me acuerdo de esta noticia y también sé que al Miguel Angel se le derretían los helados, se la caía la chupalla al río y se le quemaba el arroz.
Un fraude, nada más y nada menos, y que pena que varios hayan caído en el cuento. Creo que hasta un cura estaba convencido del cuento de Miguel Angel.
Oye podrías hacer un comentario de la película El Rey de los Huevones. ¿Somos huevones los chilenos o es porque somos tan buenas personas que al tiro quieren aprovecharse de nosotros?
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