Adiós mi perro querido

Aún recuerdo el día que llegaste a la casa siendo un quiltro chico y calambriento. recuerdo la primera impresión de todos en mi casa, se rieron del perro que elegí. Sin embargo con el pasar de los meses todos te terminamos apreciando.
A pesar que muchos me repliquen que últimamente nunca te atendí o te hice cariño, tú sabes que sí. Fui creciendo y a la vez te fuiste poniendo viejo, ya no corrías a mi velocidad como cuando yo era chico, ni jugabas al ritmo que yo lo hacía. Después simplemente dejé de jugar.
Lamento no haber podido estar contigo en tus últimos momentos y haberte atendido como debía ser.
Te agradezco por el pequeño momento que me diste días antes de irte, aquel en que te acercaste a la puerta y yo dejando todos mis complejos y rabietas te hice cariño.
Ten por seguro que siempre serás querido por todos y recordado, inclusive por tus pares. Inexplicablemente el "duque", tu compañero de jugarretas, te extraña, se le nota cabizbajo por el patio y falto de ganas.
El otro día abrí la puerta del patio y quizo arrancarse de mi, lo entiendo, no es mi perro.
Buena suerte donde estés, siempre te recordaremos porque fuiste parte de la familia, uno más y querido por todos.