Cuando era sólo un joven practicante, me tocó reportear una actividad de turismo. al principio pensé que iba a ser una fría jornada de reporteo, de artículos grises, todo desde el prisma de la tercera persona, parte inactiva, pero latente y con ganas hacer algo.
Posteriormente a la actividad, la vida me enrostró de que no conozco nada, que no he visto todo en mi región.
Ir al destino Siete Lagos (tour a través de los lagos Panguipulli, Calafquén, Neltume, Pellaifa, Pullinque, Pirehueico y Riñihue) fue algo que me sorprendió. Me gustó viajar por esos lados, vi la nieve por todos lados, al contrario de cuando nevaba en Valdivia donde sólo con un centímetro de nieve caída uno inventa el típico mono de nieve o las guerras tantas veces visto en las películas.
Posteriormente a la actividad, la vida me enrostró de que no conozco nada, que no he visto todo en mi región.
Ir al destino Siete Lagos (tour a través de los lagos Panguipulli, Calafquén, Neltume, Pellaifa, Pullinque, Pirehueico y Riñihue) fue algo que me sorprendió. Me gustó viajar por esos lados, vi la nieve por todos lados, al contrario de cuando nevaba en Valdivia donde sólo con un centímetro de nieve caída uno inventa el típico mono de nieve o las guerras tantas veces visto en las películas.
Esa vez lamenté mucho no tener fotos mías, pero sí del resto, siento que me vine con las manos vacías quien me creerá que estuve ahí y que recorrí esa zona.
Una vez en Valdivia juré que regresaría al lugar: lo hice, más maduro y con mi propia cámara para así sacarme así mis propias fotos.
Admito que en mi vida no he visto un lugar tan precioso y que me gustara tanto, muchos me han dicho no conoces nada aún. Lo sé muy bien.
Mi chaqueta, mi buen par de gafas yn una gruesa bufanda que me abriga ya que en ella está el cariño de quien me la hizo.
Después de tantas cosas rutinarias -y otras catastróficas- ocurridas mi vida respirar ese aire, ver esos parajes me devolvió la paz interior, calmó mi impetú y me hizo reflexionar sobre lo presente.
Espero regresar nuevamente, pero no como periodista sino como un hombre normal en búsqueda de la tranquilidad que otorga la naturaleza.
Una vez en Valdivia juré que regresaría al lugar: lo hice, más maduro y con mi propia cámara para así sacarme así mis propias fotos.
Admito que en mi vida no he visto un lugar tan precioso y que me gustara tanto, muchos me han dicho no conoces nada aún. Lo sé muy bien.
Mi chaqueta, mi buen par de gafas yn una gruesa bufanda que me abriga ya que en ella está el cariño de quien me la hizo.
Después de tantas cosas rutinarias -y otras catastróficas- ocurridas mi vida respirar ese aire, ver esos parajes me devolvió la paz interior, calmó mi impetú y me hizo reflexionar sobre lo presente.
Espero regresar nuevamente, pero no como periodista sino como un hombre normal en búsqueda de la tranquilidad que otorga la naturaleza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario