Hoy es un día soleado en la ciudad. tengo que caminar a prisa, ya que me esperan en el trabajo. Mientras avanzo siento que el calor me está afectando, mis pasos cada vez son más lentos, mis pantalones los siento pegados a las piernas, mis zapatos qué decir.
Apuro el paso ya que necesito llegar luego, observo que a la distancia vien una familia en mi dirección, uno de ellos desde lejos me observa, como si me quisiera decir algo, camino más rápido, me siento observado.
Al pasar a un costado esta persona se acerca y me dice: "Caballero no tiene una moneda que me de", le respondo que no sin parar. Se marchan y al llegar a mi trabajo me siento a pensar, "Cómo debe ser para ellos la vida, sobre todo un día como hoy".
Al parecer los días soleados sacan a relucir la poca costumbre que tenemos al sol después de un largo invierno. Aún veo a personas en la calle con chaquetas o parcas, todas colgando bajo los brazos, ya que cuando salimos de nuestras casas el cielo valdiviano estaba nublado.
Claramente en Valdivia el sol juega con nosotros, se ríe de nuestra poca experiencia, con unos pocos rayos sobre la ciudad es capaz de alborotar nuestro termostáto y ser víctimas del resfrío.
Sol mal intencionado, te ríes de los habitantes de esta ciudad, por qué no te decides a salir y quedarte fijo durante toda la tarde. Algo que ni siquiera haces en el verano. Creo que es hora que te definas...
domingo, septiembre 25, 2005
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